25 de Agosto de 2011
Fuente: Real Estate Press,s.l.
La cantidad de pisos sin vender -la Comunidad Valenciana concentra el 19 por ciento del stock total por delante de Andalucía, 16 por ciento y Cataluña 15 por ciento unido a la dificultad para darles salida en el mercado, ha provocado que el segmento de la vivienda vacacional haya sido el segmento más castigado desde el pinchazo de la burbuja inmobiliaria.
En la Costa Mediterránea el desplome de los precios roza el 30 por ciento desde los máximos de 2007, antes de que estallara la crisis, y en torno al 10 por ciento en el último año, de julio de 2010 a julio de 2011, según datos de Tinsa que cifra el ajuste medio de la vivienda por debajo de esos porcentajes, en el 6,4 por ciento y el 22,3 por ciento, respectivamente.
En poblaciones costeras como Calp, Vila Joiosa, Torrevieja o Dénia los precios han llegado a desplomarse un 49,1 por ciento desde máximos, mientras que la media por provincias es de un 18,4 por ciento en Valencia, un 21,1 por ciento en Alicante y un 17,5 por ciento en Castellón, de acuerdo con los últimos datos del Ministerio de Fomento.
Según explican los expertos, en la mayoría de los casos, los descensos se han producido en viviendas deslocalizadas o desubicadas, macropromociones o promociones a medio acabar en la costa mediterránea, asociadas en muchos casos a un concepto vacacional de costa y montaña o desarrollos fuera de los municipios donde las buenas comunicaciones brillan, en muchas ocasiones, por su ausencia. Una parte significativa de este tipo de inmuebles son los que engordan los balances de muchas entidades financieras, véase la CAM, Bancaja…
Desde los máximos, los precios acumulan caídas entre el 20 por ciento y el 30 por ciento, según la fuente. Tinsa cifra el descenso en el 6,4 por ciento en julio respecto al mismo mes de 2010, de forma que acumula un ajuste del 22,3 por ciento desde el máximo alcanzado a finales de 2007. De esta forma, los pisos cierran siete meses de descensos de precios consecutivos, siendo el de junio el más intenso con un retroceso del 6,6 por ciento, tras las correcciones del 5,9 por ciento de mayo, del 4,4 por ciento de abril, del 3,7 por ciento de marzo, del 4,5 por ciento de febrero y del 5 por ciento de enero.
Después de la costa, las caídas más acusadas se han producido en las capitales y las grandes ciudades, en las que el precio medio de la vivienda cayó un 7,5 por ciento en julio respecto al mismo mes de 2010, y las áreas metropolitanas, donde el descenso fue del 6,1 por ciento. En el resto de municipios, los pisos se abarataron una media interanual del 5,4 por ciento durante el séptimo mes del año, y un 2,5 por ciento en Baleares y Canarias.
En las capitales y grandes ciudades, la reducción acumulada del precio se sitúa en el 24,6 por ciento, y en el 23,2 por ciento en el caso de las áreas metropolitanas. En el resto de municipios la caída acumulada del precio de la vivienda se sitúa en el 20 por ciento, mientras que en Baleares y Canarias se estima en el 17,7 por ciento.