05 de Noviembre de 2011
Fuente: ABC.es
Ahora que los particulares compiten, fundamentalmente, con unos profesionales ansiosos por vender y con la posibilidad de financiar las operaciones, es decir, los bancos y sus sociedades inmobiliarias según el Banco de España acumulan 175.000 millones de euros en riesgo del sector, puede ser conveniente acudir a los servicios de quienes también se dedican de manera profesional a comercializar inmuebles, es decir, las agencias inmobiliarias.
Las de barrio se conocen al milímetro el mercado potencial de cada vivienda y, lo que es más importante, los precios a los que se cierran las operaciones y aquéllos a los que es imposible vender el inmueble. Por eso, en lo primero que pueden echar una mano al vendedor ansioso de colocar una vivienda es a poner el precio más apropiado, al que de verdad se puede vender la casa.
La misión de la agencia inmobiliaria será la de que los particulares se den un buen baño de realidad y rebajen sus expectativas hasta el nivel en el que está el mercado, es decir, muy bajo. Por dos razones, según comenta Raymond Torto, economista jefe de CB Richard Ellis: por un lado, el inversor en vivienda ha desaparecido y así continuará durante unos años; y, por otro, porque cada vez más gente considera que el alquiler es una alternativa cada vez más competitiva. De ahí que no sorprenda la estadística que acaba de publicar idealista.com, según la que la vivienda usada volvió a caer con fuerza en octubre, con un descenso del 1,8 por ciento respecto al mes anterior, de lo que supone un descenso anualizado del 20 por ciento.