27 de Mayo de 2011
Fuente: Real State Press, S.L.
La demanda de hipotecas inversas ha crecido un 17 por ciento hasta abril, en relación con el mismo cuatrimestre del año anterior, con unas 19.900 solicitudes, según datos facilitados por la consultora Óptima Mayores, especializada en asesorar a mayores de 65 años en estos productos.
La gran mayoría de solicitudes se centra en las principales capitales de provincia, sobre todo en Madrid y Barcelona, con un 32 por ciento y un 25 por ciento, respectivamente, seguidas de Sevilla, 11 por ciento, apunta la consultora e intermediaria financiera.
A su parecer, este incremento de la demanda de hipotecas inversas responde a la creciente necesidad de los jubilados españoles de obtener ingresos, y al cada vez mayor conocimiento de este producto en España, donde se introdujo en 2004.
Las pensiones de los jubilados son un 40 por ciento más bajas que la media europea, según subraya la firma, que recoge datos de un reciente informe de Gestha, y apunta a la necesidad de los jubilados españoles de afrontar la financiación de su jubilación con mayor tranquilidad.
La hipoteca inversa es un préstamo con garantía hipotecaria dirigido a personas mayores de 65 años o dependientes cuya principal característica es que la entidad financiera paga una cantidad mensual garantizada y vitalicia al titular.
Este préstamo permite a los jubilados convertir su vivienda en liquidez mensual, mientras siguen viviendo en ella o incluso la alquilan a un tercero. El usuario medio de este producto es un mayor de 75 años con una vivienda en propiedad de más de 400.000 euros en una capital de provincia grande.
Según el consejero delegado de Óptima Mayores, Ángel Rodríguez-Carreño de Cominges, la hipoteca inversa se perfila como la alternativa inmediata para paliar la pérdida de poder adquisitivo de los españoles una vez llegados a la jubilación, «dado que permite transformar la vivienda en un plan de pensiones complementario, sin perder la propiedad sobre la misma».
Otras soluciones de previsión requieren el haber ahorrado durante la etapa activa, «y en nuestro país son pocas las personas que lo han hecho, mientras que el 87 por ciento de los mayores de 65 años cuentan con una vivienda en propiedad», argumenta.